jueves, 30 de agosto de 2018

El Árbol

Creo que no se los había dicho, pero el tema del árbol genealógico animal era en dos partes; aunque si la memoria no me falla les había comentado que hablaríamos del último capítulo de "La Tierra Viva" esta semana, bueno, ese último episodio corresponde a:


El Árbol de la Vida


¡Ah! La vida, tan llena de misterios y aventuras; sin embargo ¿qué es una odisea sin un mapa de partida? Nuestro mapa en este caso es cortesía del señor Peter Pallas, quien en 1766 propuso el modelo del árbol como un modo de representar la diversidad de la vida. Asumo que a estas alturas, mi estimado lector, ya le quedó más que claro qué tan diversa es la vida en nuestro planeta. Si ese no es el caso, o si recién se está incorporando a nuestra historia, le sugiero que se devuelva a la primera publicación de este año y comience desde allí (o repase los títulos que más le llamen la atención), aquí le dejo el link:




Regresemos a lo nuestro, como le comentaba, ya en 1766 un señor alemán nos otorgó el mejor de los obsequios, un mapa. ¡Sí! El árbol de la vida es un mapa de la vida en la tierra. Con el tiempo éste modelo, como todo en nuestro mundo, ha sufrido algunas modificaciones (generalmente asociadas a su crecimiento) gracias al incremento y desarrollo de las teorías evolutivas. De hecho, el primero en dibujar un árbol de la vida que reflejaba el concepto evolutivo fue nuestro amigo Charles Darwin, por allí por 1837, y que posteriormente lo perfeccionó y publicó en su conocida obra "El origen de las especies", en 1859.

¿Recuerda que en el capítulo anterior comentamos que hoy en día también se echa mano al ADN para clasificar las especies? También tenemos a las computadoras para dibujar los árboles de la vida o cladogramas. Los datos crecen constantemente, y del mismo modo lo hacen los árboles, pues a medida que la vida microscópica se conoce mejor, los árboles de la vida sufren cambios (nótese que hablo en plural).

Aunque no todo es alegría y maravillas con el árbol de la vida, también está la otra cara de la moneda, la que muestra pena y desolación. Resulta difícil realizar un mapa de todas las formas de vida, pues el 95% de las especies se ha extinguido

¿Qué? ¡Tantas! 

Apuesto que eso mismo pensó usted cuando leyó el porcentaje. Mi querido lector, no, no me he equivocado en escribirlo. Recuerde, por ejemplo, que a finales del período Cretácico hubo una extinción masiva, la de los dinosaurios. De hecho, hasta la fecha nuestro planeta ha sufrido, al menos unas seis extinciones masivas; y nuestra super capacidad de destrucción nos promete más en el futuro. Al menos todavía nos quedan los mapas, para mostrarnos a nosotros y nuestros hijos lo que alguna vez fue.




Ahora me pregunto como mira usted su entorno vivo en este momento, mi estimado lector. Por mi parte lo veo todo con todavía más respeto que antes y espero que los esfuerzos que estamos comenzando a hacer para ayudar al planeta no hagan más que crecer y permitirnos proteger el 5% que todavía nos queda. Por el momento solo puedo agradecer su fiel lectura e invitarle a continuar este viaje conmigo. Pronto comenzaremos a recorrer el siguiente capítulo de "El Libro de la Naturaleza" 

¡Oh, sí! 

Esto se viene para largo, solo nos detendremos con "La Tierra Viva" para iniciar el siguiente capítulo de nuestra historia:


Minerales, rocas y fósiles.

¡Hasta la próxima!

martes, 21 de agosto de 2018

Árbol genealógico

Mi estimado lector, espero que a estas alturas no le sorprenda saber que el ser humano no es el único que tiene un árbol genealógico en este planeta.

Resulta que, en la década de los '50, se propuso una forma revolucionaria de clasificar los organismos (sí, todavía seguimos con eso de la clasificación). Esa forma fue denominada filogenética, y permitía  estudiar las relaciones evolutivas de las especies, clasificándolas en grupos jerárquicos llamados clados.

En otras palabras, hoy hablaremos de la...


Genealogía Animal




Para tratar la genealogía animal, hablaremos primero de la filogenética, que también es llamada cladística (por lo de los clados); ya les mencioné que esta nueva clasificación surgió por allí en los años '50 y fue desarrollada gracias al señor Willi Henning, quien supuso que los seres vivos que poseían los mismos rasgos morfológicos debían tener algún tipo de parentesco; por lo tanto, intuyó que esos organismos debían tener una historia evolutiva similar (algo así como antepasados en común). 


Resulta que como la cantidad de información existente es de un gran volumen, para formar los cladogramas (o árboles genealógicos de los organismos) necesariamente se necesita la ayuda de un computador. ¿Se imagina a un pobre individuo haciendo los cruces de especies de las cien millones que ya existen? Probablemente terminaría el año en que los elefantes levanten vuelo.

¡Oh! Pero no se imagine que este cálculo es simple. Para nada. De hecho, para construir el cladograma de una especie es necesario analizar rasgos morfológicos en común, para así identificar y diferenciar una condición ancestral o primitiva de una derivada o evolucionada; eso es conocido como sinapomorfia. Naturalmente, mientras más rasgos en común tienen dos grupos de organismos, más estrecha es su relación genealógica.




¿Sabía usted que el hipopótamo es el pariente más cercano a la ballena? 






Hoy en día, la genética ha dado pasos agigantados al conocimiento cladístico de las especies. Es por eso que hoy se habla del cladograma genético.



Para realizar el análisis cladístico se construye una tabla con características a evaluar por especie (hoy en día estas se constituyen en códigos genéticos), y se va puntuando cada una de ellas con una clave que las clasifica en carácter de tipo primitivo o derivado. De esa forma es posible reconocer qué organismos están más emparentados.

Créame cuando le digo, mi estimado lector, que esto de los cladogramas no es para nada sencillo y, sin duda, no puedo hacer más que admirar a los taxonomistas por llevar a nuestros hogares una línea genealógica ya finalizada; pues definitivamente, al menos por mi parte, jamás en la vida sería capaz de realizar semejante trabajo. Por lo tanto, ¡muchas gracias taxonomistas por compartir su conocimiento con el resto de los civiles pensantes!

Créame que no es mi intención comenzar a describirle cada una de las genealogías existentes; ya le comenté que si se hace eso terminamos el día en que los elefantes vuelen. Pero siempre es bueno saber de dónde viene todo lo que aprendemos, leemos o vemos por ahí ¿no le parece?

En el próximo episodio hablaremos brevemente sobre el árbol de la vida. Por ahora me despido y como siempre agradezco el apoyo y la lectura.

¡Hasta la próxima!

miércoles, 15 de agosto de 2018

Aunque no le guste... todo se clasifica

Es un tema del día a día. Hoy se habla "indirectamente" de la clasificación como una forma de discriminación. Tristemente es algo que se ha hecho siempre y que, aunque a muchos no les agrade la idea, facilita la comprensión de muchas cosas.

¿De qué otra manera podríamos hacernos entrar en la cabeza la diversidad del globo? Eso asumiendo que somos capaces de memorizar los entre dos a cien millones de especies (y contando) que habitan el planeta tierra.

Vivimos en un planeta cuya característica fundamental es la diversidad y para comprenderla hay que tolerar lo que viene a continuación:

Clasificación



Le sonará pasado de moda, pero las especies se nombran y clasifican según un sistema diseñado hace más de 250 años. Ojo que esto no es algo que me esté inventando, esta escrito en nuestra bibliografía de base: El Libro de la Naturaleza.

Por siglos, hemos estudiado la naturaleza; el ser humano es una criatura curiosa y le encanta saber cosas nuevas sobre su entorno. ¡Vamos! De alguna parte tiene justificarse el gusto por la vida ajena. 

¡Exploradores! ¡Si!, podríamos decir que ellos son la expresión perfecta, en carne y hueso, de la curiosidad humana en cuanto a su entorno. Mi estimado lector, ¿sabía usted que ya a inicios del siglo XVII había colecciones de historia natural en Europa? Esas colecciones fueron armadas por exploradores, pero tristemente ese material no era tan accesible como lo es hoy. Digamos que el objetivo inicial para reunir tanta información era ordenar a los seres vivos para reflejar el plan divino de la creación. ¿No se si me explico?

Lo cierto es que el conocimiento de hoy nació en el viejo continente, no creo que eso sea un secreto, mucho menos creo que alguien se atreva a negarlo. Otra verdad irrefutable es que todo ser vivo sobre este planeta tiene un nombre en latín... romántico idioma. Se basa en un método binominal de identificación que trajo orden a la arbitraria clasificación que se había usado hasta mediados del siglo XVIII. Los padres de esto son los señores Carlos Linneo y Peter Artedi; aunque fue el primero quien finalizó y publicó la obra, pues el señor Arteri tuvo una prematura muerte mientras desarrollaba su parte del trabajo. ¡Una lástima!

Ahora usted se estará preguntando ¿Qué es ese sistema binominal en latín? 
Está compuesto por el género (que comienza con mayúscula), y el nombre descriptivo de la especie (en minúscula)... todo en letra cursiva.

Con ese "pequeño" detalle finalizó toda la confusión que existía; de hecho, así se comprendió que dentro de una especie hay diversas sub-especies y cada una de ellas se diferencian entre sí.

¡Pero, atención, mi querido lector! Hoy en día el sistema binominal ya no se ocupa. Nos hemos vuelto más sofisticados. Por los años 1800 se comenzó a usar un sistema trinominal de clasificación, el cual fue implementado por Elliot Coves y Walter Rothschild. Con eso se logró acomodar las sub-especies de las que le hablé recientemente. De todas maneras, con los siglos, este antiguo sistema también ha sufrido modificaciones. De hecho, para entender mucho mejor le invitó a estudiar un poco los siguientes temas (exactamente en este orden):
  • Animales y plantas - Aristóteles.
  • Orden del Caos - John Ray.
  • Animal, vegetal o mineral - Carlos Linneo.
  • Un nuevo reino - Ernst Haeckel.
  • Hallazgo de las Arqueas - Carl Woese.




Supongo que para estas alturas ya se habrá percatado de que todavía no le muestro ninguna clasificación en concreto.

¡Calma! No coma ansias, he dejado lo mejor para el final.

Respetuosamente le presento la clasificación tradicional de las especies o taxonomía:



Nota de importancia: Cada escalón de la clasificación se denomina taxón (de allí que se hable de taxonomía), y cuenta con determinadas características que deben cumplirse para que una especie pertenezca a uno u otro.


DOMINIO: clasifica a los organismos según posean o no un núcleo; distinguiéndose de esta manera los eucariotas (protistas, plantas, hongos y animales) de los procariotas (arqueas y bacterias).
Una vez determinado el dominio, se continúa con el siguiente taxón: el Reino.

REINO: antiguamente solo se hablaba del reino animal y del reino vegetal, hoy se han subdividido; sin embargo, algo que no debe olvidar (pues es nuestro reino), es que se habla del reino animal ante todo organismo multicelular que requiere alimentarse de otras especies para sobrevivir.
Al definir a qué reino pertenece nuestro organismo, debemos continuar hacia el siguiente taxón: el Filo.

FILO: esta es una subdivisión (de las que mencionamos antes), en cada una se incluyen clases que comparten uno o más rasgos en común.
Luego se pasa al siguiente taxón: la Clase.

CLASE: fue Linneo el que introdujo esta categoría, e incluye uno o más órdenes, que podríamos definirlos como organismos que cuentan con ciertas características específicas. Por ejemplo: animales de sangre caliente.
Como habrá imaginado, luego sigue: el Orden.

ORDEN: contiene una o más familias. Los carnívoros, por ejemplo.
De esa manera, luego hay que definir: la Familia.

FAMILIA: está compuesta por géneros y sus especies. Caninos y felinos, por ejemplo.
Luego se define: el Género.

GÉNERO: No se confunda, esto no se refiere a femenino vs masculino. Es un término acuñado por Aristóteles y lo que hace es identificar las subdivisiones dentro de una familia, aquí es donde entra la primera palabra en latín de la que le hablé hace un rato. Por ejemplo, al hablar de los zorros se utilizará el género Vulpes.
Finalmente, y después de un largo camino, recién se definirá: la Especie.

ESPECIE: esta es la unidad básica de la taxonomía. Hablamos de poblaciones de animales que son similares y solo se reproducen entre sí. Aquí aplica la segunda palabra en latín de la que le hablé. Entonces, si seguimos con el ejemplo de los zorros, sería Vulpes vulpes.

Pero no se angustie, aquí debajo le dejo una imagen que deja bastante claro lo que le acabo de describir.


Hasta aquí los dejo por hoy. No es mucho pero resulta un poco complejo de digerir. La próxima vez comenzaremos hablando un poco de genealogía animal.

¡Nos vemos!, y, como siempre, muchas gracias por la lectura.

miércoles, 8 de agosto de 2018

Todo sigue un rumbo

Lo prometido es deuda, y hoy vengo con ustedes para cumplir mi promesa de hablarles un poco más sobre el obsequio que nos dieron el señor Darwin y el señor Wallace. La mejor forma es comenzando de una vez con el nuevo episodio de "El Libro de la Naturaleza", no sin antes disculparme por el retraso en la publicación. Aquí les dejo:


La Evolución en Marcha




Resulta interesante considerar que la evolución de las especies está en el ADN de cada una de ellas; que la selección natural está garantizada por genética, por esas miles de cadenas de genes que contienen nuestra información.

Sabemos que los señores Darwin y Wallace nos obsequiaron la postulación de la selección natural. Hoy, gracias al estudio de la genética de las especies, podemos comprender que los rasgos favorables que garantizan la supervivencia de una especie por sobre otra, se transmiten de una generación a otra gracias a la herencia de los genes. No es que las especies persistan sin modificación alguna a través del tiempo, ya dejamos claro que la vida en la Tierra es algo dinámico y en continuo cambio; conforme ocurre el fenómeno de adaptación, este se transmite.



Entonces sería fácil comprender el rol de la especiación, que es cuando una población es separada geográficamente y queda dividida en dos; cada parte de la especie dividida se adapta a las nuevas condiciones y, con el tiempo, la especie original se convierte en dos especies diferentes. Definitivamente la genética y la adaptación hacen que la especiación sea mucho más fácil de comprender. Los tigres a la izquierda son un buen ejemplo.


Un dato interesante... la máxima expresión de la evolución la podemos apreciar en las islas. Allí, los limitados recursos y la competencia por ellos, obligan a las especies a evolucionar con rapidez. Ya en 1835, Darwin usaba las islas Galápagos como campos de estudio; de hecho, aún hoy el territorio insular es la biblioteca favorita de los biólogos evolutivos. Personalmente creo que la mejor forma de aprender algo es con las manos en la masa.

Todo esto parece muy interesante, pero tengo una inquietud. Quizás usted también se lo plantease en algún momento, mi estimado lector. El conocimiento de la genética ciertamente es un arma de doble filo; tiendo a pensar eso cuando hablamos de la selección artificial. 

La selección artificial...No es novedad que el hombre domestica animales y plantas. Al principio esta domesticación era más o menos natural, pues se basaba en la ley de la cría selectiva, es decir, se conservaba a los mejores, aquellos que eran más aptos que los otros para mejorar la raza. ¡Oh! Hoy las cosas son algo diferentes, con la ayuda de la biotecnología es posible lograr el mismo resultado manipulando los genes; de esa manera se refuerzan los beneficios y se eliminan los potenciales problemas. Todo pasa antes de que el animal o la planta siquiera piense en nacer.

¿Qué consecuencias cree usted, mi estimado lector, podría traer este juego de manipulación? Muchas películas de ciencia ficción, del ayer y del hoy, nos muestran los potenciales escenarios de este juego de creación. Lo cierto es que muy probablemente nuestros hijos o nietos lleguen a visualizar las consecuencias de la manipulación genética de las especies.

Los invito a investigar un poco más si se animan y a dejar sus comentarios y opiniones en relación a este tema. Por ahora me despido y, como siempre, agradezco la lectura.