martes, 21 de agosto de 2018

Árbol genealógico

Mi estimado lector, espero que a estas alturas no le sorprenda saber que el ser humano no es el único que tiene un árbol genealógico en este planeta.

Resulta que, en la década de los '50, se propuso una forma revolucionaria de clasificar los organismos (sí, todavía seguimos con eso de la clasificación). Esa forma fue denominada filogenética, y permitía  estudiar las relaciones evolutivas de las especies, clasificándolas en grupos jerárquicos llamados clados.

En otras palabras, hoy hablaremos de la...


Genealogía Animal




Para tratar la genealogía animal, hablaremos primero de la filogenética, que también es llamada cladística (por lo de los clados); ya les mencioné que esta nueva clasificación surgió por allí en los años '50 y fue desarrollada gracias al señor Willi Henning, quien supuso que los seres vivos que poseían los mismos rasgos morfológicos debían tener algún tipo de parentesco; por lo tanto, intuyó que esos organismos debían tener una historia evolutiva similar (algo así como antepasados en común). 


Resulta que como la cantidad de información existente es de un gran volumen, para formar los cladogramas (o árboles genealógicos de los organismos) necesariamente se necesita la ayuda de un computador. ¿Se imagina a un pobre individuo haciendo los cruces de especies de las cien millones que ya existen? Probablemente terminaría el año en que los elefantes levanten vuelo.

¡Oh! Pero no se imagine que este cálculo es simple. Para nada. De hecho, para construir el cladograma de una especie es necesario analizar rasgos morfológicos en común, para así identificar y diferenciar una condición ancestral o primitiva de una derivada o evolucionada; eso es conocido como sinapomorfia. Naturalmente, mientras más rasgos en común tienen dos grupos de organismos, más estrecha es su relación genealógica.




¿Sabía usted que el hipopótamo es el pariente más cercano a la ballena? 






Hoy en día, la genética ha dado pasos agigantados al conocimiento cladístico de las especies. Es por eso que hoy se habla del cladograma genético.



Para realizar el análisis cladístico se construye una tabla con características a evaluar por especie (hoy en día estas se constituyen en códigos genéticos), y se va puntuando cada una de ellas con una clave que las clasifica en carácter de tipo primitivo o derivado. De esa forma es posible reconocer qué organismos están más emparentados.

Créame cuando le digo, mi estimado lector, que esto de los cladogramas no es para nada sencillo y, sin duda, no puedo hacer más que admirar a los taxonomistas por llevar a nuestros hogares una línea genealógica ya finalizada; pues definitivamente, al menos por mi parte, jamás en la vida sería capaz de realizar semejante trabajo. Por lo tanto, ¡muchas gracias taxonomistas por compartir su conocimiento con el resto de los civiles pensantes!

Créame que no es mi intención comenzar a describirle cada una de las genealogías existentes; ya le comenté que si se hace eso terminamos el día en que los elefantes vuelen. Pero siempre es bueno saber de dónde viene todo lo que aprendemos, leemos o vemos por ahí ¿no le parece?

En el próximo episodio hablaremos brevemente sobre el árbol de la vida. Por ahora me despido y como siempre agradezco el apoyo y la lectura.

¡Hasta la próxima!

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