Lo anterior me lleva a plantear mi problemática, asociada con el capítulo de hoy. Ya les habían mencionado que guardo la persistente esperanza que de una vez por todas los seres humanos comprendamos que no somos los únicos en el planeta; al menos me gustaría que eso ocurriese en un corto a mediano plazo, pues no creo que contemos con tiempo de sobra para corregirlo... si es que aún podemos.
El capítulo de hoy, se titula:
Impacto Humano
Ya les había comentado que como seres humanos, estamos constituidos en distintas razas (por que sí... son razas al fin y al cabo). La población de cada país del globo ha aumentado considerablemente con el paso de los años, y dudo que eso se detenga súbitamente.
En un episodio anterior, ya tratamos el tema de los cambios climáticos en el planeta, y también hablamos sobre el famoso efecto invernadero. Pues bien, hasta este momento habíamos acordado que ambos procesos eran normales y parte del desarrollo habitual de la vida en la Tierra; ahora es momento de agregar el factor no considerado.
La presencia de nosotros como seres humanos a comenzado a provocar estragos en el equilibrio de la vida ya desde la Revolución Industrial. La minería, el uso de combustibles fósiles, la tala de los bosques y la cría de ganado son algunas de las causas de que la gran liberación de gases de dióxido de carbono y otros gases a la atmósfera, causen el perpetuo efecto invernadero el día de hoy.
¿Si recuerdan que los gases invernaderos atrapan la energía solar y elevan la temperatura de los océanos, la tierra y el aire?
Ya sabemos que el agua es un elemento fundamental para la vida en el planeta; los dos tercios de él están constituidos por los océanos, que hoy en día ven afectadas sus cadenas tróficas por la sobre-explotación pesquera y la contaminación de sus aguas. El agua de los océanos no solo es fundamental para los seres vivos que habitan en ella sino que también para los que se encuentran en tierra. Recordemos que las cadenas alimenticias están conectadas entre sí. Además, no podemos olvidar que las corrientes oceánicas también tienen influencia en los cambios climáticos.
Anteriormente, también les había explicado lo importante que es la atmósfera para nuestra existencia, y la de todos los otros seres vivos en la Tierra. Pero, ¿creemos a caso que nuestra presencia no la ha afectado?
Al igual que a los océanos, el ser humano ha arrojado contaminantes por miles de años a la atmósfera; de hecho, los últimos 200 años los gases y partículas químicas liberados por los seres humanos han provocado consecuencias tales como esmog y lluvias ácidas. ¿A alguien más le ha llamado la atención que incluso en las costas se observan grandes cantidades de esmog? El pobre océano ya no es capaz de purificar nuestra basura.
¿Alguien más extraña los paisajes verdes? El aumento desmedido de las poblaciones ha tenido como consecuencia la casi extinción de la flora terrestre en numerosas zonas del globo. Es que hoy en día es más fácil encontrar una urbe que una arboleda. La buena noticia es que los gritos de consciencia con el medio ambiente están dado frutos y ya hay muchos que luchan por preservar hábitats naturales. Ojalá el muchos, muy pronto se convierta en todos, o ya podemos empezar a olvidarnos del mañana.
¿Sabías que si buscas "humanos y extinción" en google, encontrarás más de 16 millones de resultados?
Lamentablemente, hoy en día es casi imposible separar ambos conceptos. Ciertamente es algo triste, pero real. El ser humano es responsable de la desaparición de muchas especies del planeta.
El término extinción, de acuerdo a la Real Academia Española (alias RAE) se relaciona con el acto de hacer que cesen o se acaben del todo ciertas cosas que desaparecen gradualmente. La vida es una de esas cosas.
Nuestra intervención ha provocado cambios más que acelerados en el planeta y, por consiguiente, la incapacidad de algunos organismos para adaptarse a esos cambios ambientales ha llevado a una gran rotación de especies. Podrían estar pensando que es la ley de la vida y que solamente sobreviven los más aptos; sin embargo, conforme la población humana aumenta, numerosas especias han acabado por desaparecer o entrar en peligro de hacerlo (recuerden que además de contaminar, a muchos humanos les gusta cazar por diversión y/o dinero).
En definitiva la historia de hoy es un poco pesimista, pero curiosamente es el quinto capítulo de la enciclopedia, así que ya se pueden ir imaginando la relevancia que ha ido adquiriendo nuestra incapacidad para vivir equilibradamente con nuestro entorno.
Bueno, no quiero deprimirlos más (ni a mí tampoco), hablando sobre este tema. Ya más adelante iremos resolviendo y atando los cabos sueltos que queden hoy y que han quedado de los capítulos anteriores. Con paciencia todo se consigue, pero no duden en plantear sus interrogantes y comentarios, que siempre son bienvenidos.
Que estén muy bien y nos vemos en un próximo episodio.
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