Se sabe que la migración es el movimiento de personas de un lugar a otro, dentro de la que se consideran la emigración e inmigración; esta última sucede cuando individuos que provienen de otro lugar ingresan a un país o región. En Chile, esta movilización de personas fue desde Europa y Medio Oriente, durante los siglos XIX y XX; sin embargo, en la actualidad, los inmigrantes son principalmente de origen americano, específicamente de Latinoamérica y Estados Unidos.
Para los chilenos, hablar de inmigración es un tema difícil de abordar y, que, la mayoría de las veces, implica una polémica cuya principal característica es el uso de argumentos que no tienen justificación. Un ejemplo claro es que tras considerar que los inmigrantes, en muchos aspectos, constituyen una amenaza para la sociedad, el chileno promedio se justifique argumentando que son los responsables de la disminución de las oportunidades laborales y del aumento de la delincuencia e inseguridad ciudadana.
Sin embargo, la población de inmigrantes solo representa un 1,8% de la nacional; una cifra que es insignificante en comparación con países como España, donde la tasa de inmigrantes representa un 11,3% de la población. De esta manera los argumentos mencionados en contra de los inmigrantes no son justificados por la estadística.
Entonces, ¿por qué se produce este rechazo a la inmigración? Son diversas las opiniones planteadas al respecto, entre ellas destaca la hipótesis de que es un comportamiento heredado desde la época colonial y que se ha fomentado a partir de las guerras con los países vecinos. De esta manera, solo basta analizar la diferencia en el comportamiento del chileno frente a un inmigrante europeo y un inmigrante latinoamericano. El primero es tratado con pleitesía, más aún si este es rubio y de ojos azules; por el contrario, el latinoamericano, de tez morena, suele ser tratado con desdén, del mismo modo que un criollo trataría a un indígena en el siglo XVII.
La razón del rechazo a la inmigración podría justificarse por medio de la idiosincrasia chilena. Ya que, claramente no da lo mismo ser un inmigrante europeo que uno latinoamericano, quien despierta fervores nacionalistas y aviva vestigios de discriminación colonial. Esto solo demuestra que aún queda un largo camino para ver como quieren en Chile al amigo cuando es forastero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Hola!
Muchas gracias por tu comentario.
Si el sistema de blog me lo permite (porque a veces me da problemas), te responderé en cuanto sea posible.
Otra vez, muchas gracias. ¡Hasta la próxima!