Cualquier molestia a la espalda es bastante más que el dolor en sí mismo. No puedes estar mucho tiempo recostado, ni sentado, ni parado; el más mínimo esfuerzo o postura, realizados descuidadamente, puede llegar a sacarte lagrimas, y no exactamente de felicidad. Es en esos momentos en que te preguntas...
¿Qué...Porqué...Cómo?
En el transcurso del texto, mi estimado lector, encontrará una serie de palabras o frases con link; cada uno de ellos ampliará la información, así que siéntase libre de clickear si le interesa.Ya le dije, casi todos sufrimos de alguna dolencia a la espalda en algún momento, de hecho, es una causa bastante común de consulta médica. La buena noticia, considerando que con un solo episodio queda propenso a tener otros más, es que son completamente evitables. Para ello, siempre es mejor saber un poquito más sobre nuestro cuerpo... el qué...
¿Sabe con certeza la función que cumple su espalda? ¿Cómo está conformada su columna? Instintivamente la cuidaos mucho, pero ¿sabemos realmente por qué?
Realizadas las preguntas, lo primero a entender es que la columna vertebral no es un único y largo hueso; probablemente lo sabe, pero por si las dudas le aclaro que son muchos huesos. Estos, se curvan para definir la postura (haga clic en la imagen de la izquierda): una curvatura hacia dentro en el cuello y espalda baja, y hacia fuera en la espalda alta y la pelvis.
Los muchos huesos que conforman la columna se denominan vértebras, y son 7 cervicales, que forman el cuello; 12 torácicas, en la espalda media; y 5 lumbares, o espalda baja (para conocer vea la imagen de abajo).
Las vértebras se alinean de tal forma que constituyen esas curvaturas que le mencioné, y se mantienen unidas gracias a los ligamentos (o bandas fibrosas). Su alineación forma un canal óseo por el cual encontraremos la médula espinal, que forma parte del sistema nervioso central y está compuesta por dos nervios, llamados nervios espinales. Los nervios espinales salen por orificios que hay a cada lado de las vértebras (cada una de ellas) y transmiten los impulsos nerviosos.
Las vértebras no están pegadas unas a otras; entre ellas encontraremos a los discos intervertebrales, que evitan la fricción de los huesos vertebrales al movimiento de nuestra columna. ¿Cómo, se pregunta usted? Pues se componen de un tejido fuerte que en el centro tiene una sustancia gelatinosa, actuando como amortiguador.
Otra cosa importante que debe comprender, mi querido lector, es que el movimiento de la espalda no sería posible sin otros personajes. La existencia de los músculos que la conforman (y no son pocos, si no me cree haga clic en la imagen).
Los músculos son como elásticos que soportan la columna de arriba hasta abajo; con su contracción o relajación ayudan al movimiento: sentarse y pararse, por ejemplo. Naturalmente, para que ello sea posible necesitan estar ligados a los huesos de la columna, algo que se consigue por medio de los tendones.
Los músculos de la espalda y, aunque le parezca raro, del abdomen, actúan como soporte, protector y facilitador de movimiento para la columna.
¡Muy bien! Ya respondimos a la primera pregunta, "el qué". Ahora es momento de responder la siguiente:
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