Hasta hace muy poco estuve en contacto con dos grupos familiares que tenían a uno o más de sus miembros cursando cuadros asociados a lo que motiva el artículo de hoy. Entonces decidí escribir algo breve pero claro.
Padecer una infección urinaria es, por lo bajo, muy desagradable independiente de la edad que tengas. Estamos hablando de algo que se produce por la presencia de bacterias (o microorganismo patógeno, para ser exacto) que ingresa y coloniza tu orina, uretra, vejiga, riñón o próstata.
Este tipo de infección habitualmente se clasifica en baja (uretritis y cistitis) y alta (pielonefritis y prostatitis).
Lo complejo del panorama es que, en ocasiones, los síntomas son poco claros y nos cuesta identificarlas como tales.
Hay un dato interesante y poco positivo en relación a las infecciones urinarias. En parte asociado a la falta de adherencia al tratamiento y al abuso de antibióticos. Se llama resistencia a la antibioticoterapia. Por que sí... las infecciones urinarias tienen tratamiento y son los antibióticos, pero no puede ser cualquier antibiótico, así que abandone la idea de evitarse el médico y automedicarse porque es una muy mala idea.
¿Por qué insisto tanto? Resulta que las infecciones urinarias(al igual que muchas otras) pueden recidivar, esto quiere decir, que pueden volver, pese a recibir el tratamiento antibiótico. Pero, ¿por qué podría volver la infección si recibí el tratamiento? Bueno, podría ser (si es que hablamos de la misma bacteria) por varias razones:
- Porque la bacteria era resistente a ese antibiótico.
- Porque la bacteria había colonizado más de lo que se creía.
- Porque usted no tomó el medicamento por el tiempo que debía tomarlo.
Pero también podría ser que apareció una bacteria nueva. Eso es tener mala suerte (si me preguntan).
Antes de seguir, quiero aclarar algo, porque no pretendo que me acusen por discriminación de género (que está tan a la orden del día); por eso especifico que lo que voy a explicar ahora es cuestión de anatomía y epidemiología. No lo inventé yo, y espero que eso quede claro. Dicho esto... continuaré:
Gran parte de las infecciones sintomáticas afectarían a las mujeres jóvenes (entre los 20 y los 50 años), así que ¡atención! Somos población de riesgo señoras y señoritas. Al menos un poco más que los hombres. Resulta que la uretra femenina es especialmente propensa a ser colonizada por bacterias debido a su posición anatómica y su corta longitud; ciertamente las relaciones sexuales y el uso de espermicidas juegan una mala pasada. Pero no se depriman porque leí por allí, en una enciclopedia médica (si, me encantan las enciclopedias), que una forma de disminuir el riesgo es la micción (orinar) poscoital; esto disminuiría el riesgo de cistitis al favorecer la eliminación de las bacterias introducidas durante el coito. Ahora, lo de los espermicidas es porque cambian la flora bacteriana normal de la zona y eso no es muy bueno.
Otra cosa que hace a las mujeres más propensas a estas infecciones es el embarazo. Así que es bueno que se controle adecuadamente si este es su caso, porque podría incluso afectar a su bebé.
Le aviso a los hombres que no están libres de riesgo, sobretodo si tienen más de 50 años o si practican el coito anal. Sin embargo, y por excelencia, el culpable de las infecciones urinarias en los hombres tiene que ver con la próstata. Así que si está en edad (sobre los 50 años), por favor contrólese, pues la hipertrofia prostática tiene la particularidad de obstruir la vía urinaria y contribuir (con eso) al desarrollo de estas infecciones.
Se estará preguntando, mi estimado lector, ¿cómo diantres puedo sospechar que padezco una infección urinaria? Y su respuesta es dolor al orinar. También hay otros síntomas como:
- Orina frecuente (o urgente).
- Tenesmo (que tengo ganas de orinar pero al final orino bien poco).
- Sensación de ardor al orinar.
- Dolor abdominal o en la espalda.
- Fiebre.
- Vómito.
- Escalofríos.
Hay algo que he dejado para el final, pero no porque sea menos importante, sino más bien porque es un tema que hay que considerar cuidadosamente. Los adultos mayores (independiente el género), están muy propensos a desarrollar infecciones urinarias, pero sucede, al igual que en muchas enfermedades, que las manifestaciones suelen ser atípicas y de rápida evolución. Así que en un link diferente colocaré detalles sobre los factores de riesgo, síntomas y evolución de la infección urinaria en los adultos mayores.
Como siempre, mis agradecimientos por la lectura y el apoyo.
Si se animan dejen un comentario (ya sea por duda, sugerencia u otro).
¡Hasta la próxima!
Aquí abajo les dejo las referencias de información que usé para el artículo:
- Kasper, D. et al. (2006). Harrison: Principios de Medicina Interna. Editorial MCGraw-Gill
- Guía de Autocuidados de la Clínica Mayo (2008)
Que pasa si a pesar de hacer el tratamiento completo con antibióticos, pasado un tiempo vuelve y la orina ya no es amarilla si no rosada. ¿ eso significa que ya esta afectado el riñón?
ResponderEliminarExisten muchas causas que pueden cambiar la coloración de la orina y no necesariamente estar asociadas a una infección urinaria.
EliminarSe sabe que por lo general el color de la orina varía de un amarillo claro a un ámbar oscuro. Es cierto que un color inusual puede orientarnos a algún tipo de enfermedad. Sin embargo, también existen alimentos e incluso algunos medicamentos que pueden provocar ese tipo de efecto.
En caso de tu consulta, si ya se finalizó el tratamiento antibiótico por el período indicado y luego de un tiempo vuelven los síntomas o se observa cambios en la coloración de la orina, es recomendable volver a consultar al médico tratante y asegurar la realización de un nuevo examen de orina (orina completa y urocultivo) a modo de control, podría haber una reaparición de la infección, pero eso no es lo habitual.
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